La habitación ideal siempre es grande, diáfana y con paredes lisas, sin salientes ni entrantes. Muchas veces, al pensar en el amueblamiento de nuestra habitación, la presencia de columnas o vigas nos hace pensar que no podemos poner la habitación como nosotros quisiéramos. Esto NO SIEMPRE ES ASÍ.
La presencia de vigas y columnas en nuestras habitaciones, de radiadores, diferentes alturas de techos y, en definitiva, de cualquier tipo de elemento que en principio “moleste” para amueblar nuestras estancias, sean dormitorios, salones, juveniles, etc., no significa que estemos condenados a evitarlos.
En el caso de las vigas, las columnas y las diferentes alturas de techo, suelen afectar especialmente a los armarios y la solución es tan sencilla como “recortar” dicho armario de manera que el elemento quede oculto por éste, lo que nos permite dejar los armarios pegados a la pared a la vez que disimulamos esos elementos menos estéticos.
En el caso de los radiadores, suelen afectar generalmente a las mesas estudio si son muy altos, o aparecen en paredes donde estaba previsto colocar el mueble del salón.
Para las mesas de estudio hay que tener en cuenta que, como todas las mesas, da igual que sean de comedor, de estudio o de cocina, hay una altura más o menos standard que se mueve entre los 74 y 80 centímetros. Por debajo de esa medida, para un adulto la mesa queda excesivamente baja y por encima de esa altura nos obliga a una posición incómoda al quedar los codos excesivamente altos. Teniendo presentes estas medidas hay que valorar si podemos colocar la mesa por encima del radiador, si hay que recortar la encimera y colocar un cabezal de cubrarradiador, si hay que vaciar la encimera y colocar una rejilla de aireación o si hay que descartar la opción y colocar la mesa en una pared diferente.
En los muebles de salón también podemos llegar a incluir las columnas y los radiadores en la composición, integrándolos y disimulándolos con estantes, de manera que no nos condicionen la longitud del mueble.